"Sigan ustedes sabiendo
que, mucho más temprano que tarde, se abrirán las grandes alamedas
por donde pase el hombre libre para construir una sociedad mejor"
Salvador Allende
Tuvieron
que pasar las generaciones destrozadas por la ferocidad de la
Dictadura Cívico – Militar para comenzar a recomponer las fuerzas
y las heridas, para volver a construir las confianzas y las
articulaciones que el tejido social permite cuando se encuentra y
dialoga, cuando genera prácticas que van dibujando otras maneras de
relacionarse con personas, grupos y naturalezas.
Los
y las secundarias que se rebelaron en el 1er Gobierno de
Bachelet en el 2006, generación de hijos y nietos de aquellos
traumatizados por la cruel Dictadura, colocaron las primeras semillas
de transformación gracias a la recolección de esfuerzos colectivos
realizada en la transición a la Democracia. Fueron ellas y ellos
también, que el 2011 por causas educacionales y ambientales animaron
a repletar las calles para indicar los caminos que necesitan los
pueblos para avanzar hacia dignidad, felicidad y justicia. El 2011
estaba Piñera quien dió el empujón gracias a su tozudez neoliberal
de hacer de todo un negocio, algo que se transforme en un Bien de
Consumo como la Educación, o Naturaleza transformada en un Recurso
explotable para generar energía y riqueza, como Hidroeléctricas en
el Sur o Termoeléctricas en Punta Choros.